A veces, aunque no entiendas el porqué, pasas cosas desagradables y dolorosas que son un regalo encubierto. Sinceramente es un regalo agri-dulce, pues aunque acabes por aceptar y comprender la situación, no deja de ser un lío.
A finales de febrero la vida me hizo uno de estos “regalos” y me dio un parón: me desgarré el tendón de Aquiles. Y tal vez te preguntas porqué te cuento esto… te lo cuento porque lo que me pasó es similar a lo que le pasa a muchas personas cuando hacen un cambio en su alimentación, cuando descubres algo nuevo y te pones a tope y dejas que el entusiasmo y el aferrarte a tu nuevo propósito sea más fuerte que las señales que te da el cuerpo.
En septiembre me puse el propósito de recuperar mi cuerpo “pre-bebés” y la sensación general de estar en forma. Comencé despacito porque ya me conozco y cuando he hecho cambios a saco (de lo que sea), siempre pasan factura después…
Hasta enero todo bien pero de repente, mi vida profesional comenzó a dar señales de dar pasos grandes, entre ellas, la publicación de un libro (ya os contaré en breve) y de dar clases en una universidad y me visitó el monstruo de la inseguridad, ese que me visita de vez en cuando para decirme que no estoy preparada. Y sin darme cuenta, hice algo que suelo hacer cuando tengo miedo y es ocuparme, estar muy ,muy ocupada y me refugié en mi nuevo hábito de hacer mucho deporte.
Y tal vez pienses, ah pero ese hábito está bien, no? Pues sí, si está bien, pero cuando te excedes, ya se encarga tu cuerpo de decírtelo y más cuando lo usas (sin darte cuenta) como forma de evadir y afrontar otras cosas.
Las lesiones aunque parezcan que aparecieron de la nada, si te pones a analizarlo, ya te había dado señales sutiles el cuerpo antes, pero las ignoramos, seguimos tirando como si nada, evitas ir al médico o descansar hasta que pasa lo que tiene que pasar: el cuerpo peta y te despiertas a las 4 de la mañana con un dolor insoportable y te das cuenta que no puedes dar ni un paso.
Resumiendo, desgarre de tendón de aquiles, en muletas 1 semana, otra semana a penas pudiendo apoyar y para volver a hacer ejercicio necesitaré por lo menos otro mes, en conclusión: parón.
Y este parón me obliga a tener tiempo para darme cuenta de lo que no quiero sentir, de cómo no podemos aferrarnos y volvernos adictos a nada, ni siquiera a hábitos buenos, que nuestro bienestar depende de nuestra capacidad de afrontar los cambios con aceptación.
Espero que mi experiencia te ayuda a “no pasar de ti” cuando tu cuerpo da señales , a reflexionar si estas adicto a algo para evadir otra cosa.
Y te dejo mi súper kit de recuperación por si te sirve 😉
– Anti- inflamatorio y analgésico natural: Harpasul (o alguna otra marca con Harpagofito y Sauce)
– Cúrcuma y jengibre: anti-inflamatorios.
– Homeopatía para dolor, des-inflamación y apoyo al tendón
– MSM, azufre orgánico: para la formación de queratina, colágeno y elastina para la reconstrucción de ligamentos.
¡Y si tienes algún otro remedio para estas lesiones, compártelo en los comentarios que seguro ayudas a más de uno!
Pd. Y te dejo este enlace donde puedes ver una charla maravillosa para ayudarte en esos momentos donde te sientes pequeñ@ y dudas de ti 😉
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